BIENVENIDOS A CAMPO LITERARIO

Este espacio se ha abierto a partir del 3 de mayo de 2011, con el propósito de registrar en un solo lugar aquellos pensamientos, reflexiones, interacciones, comunicaciones internas, palabras, frases y todos las demás formas de estampar en blanco y negro lo que se piensa y se puede decir, pero también aquello que se piensa, se puede decir y se puede escribir.

Para todos aquellos poetas anónimos que deseen expresarse, tienen un lugar donde lo puedan hacer sin ninguna restricción, escribir por escribir las cosas que pensamos en un momento de inspiración, para que no se queden en la mente y para que al final no se pierdan en el olvido.

Campo Literario, surge como una inquietud y una necesidad de colocar en un lugar visible los pensamientos que por momentos queman nuestra alma, nos inundan el pecho de presión y nos explotan nuestras venas y arterias, procurando exteriorizarse para hacerse visibles a la luz del sol brillante y en la calidez del brillo de la luna llena.

miércoles, 7 de enero de 2015

UNA LÁGRIMA...

Todos estaban ahí
Para celebrar el nacimiento
De una nueva familia;
Era la boda de dos jóvenes,
Ella Ana Gloria y él Rafael,
Ambos de buenas familias
Comentaba mucha gente,
El uno para el otro, decían algunos invitados,
¡Ese día, los dos ante el altar!
Frente a ellos el Sacerdote Oficial
Y atrás, los familiares y amigos.

Entonces, el Sacerdote hace la pregunta de rigor,
¿Ana Gloria, aceptas por esposo a Rafael?
Ana Gloria solo cierra sus ojos,
Mientras que una lágrima impertinente,
Recorre poco a poco su rosada mejilla,
Al mismo tiempo que sus pensamientos
Vuelan veloces hasta encontrarse con el vacío;
Pero esos pensamientos buscaban a alguien,
Ese alguien que en algún momento dejó huella,
Y buenos recuerdos en su corazón. 

En efecto, eran provocados por Ricardo,
¡El verdadero amor de su vida!
Ricardo era el responsable de la duda y de esa lágrima;
Esos segundos de silencio profundo, parecían interminables
Hasta que Rafael, el novio, rompe el silencio y frente al altar reclama,
¡Ana Gloria, Ana Gloria, el padre espera tu respuesta!
Ella solo cerró sus ojos y no pudo responder,
Tenía una confusión de sentimientos encontrados en su mente
Y un gran nudo de tristeza en la garganta;
El Sacerdote pregunta de nuevo:
¿Hija, aceptas por esposo a Rafael?
Ella, disimulando, se enjuga la lágrima,
Y con la voz quebrantada,
Responde, sí padre acepto.

Y la ceremonia continúa…
Mientras que bajo el dintel de la puerta principal
A la entrada de la iglesia, se escuchaban unos sollozos,
Eran de Ricardo, estaba triste y observando,
Como queriendo convencerse por sí mismo
De la gran pérdida que sufría ese día…

Él era el ex novio de Ana Gloria,
A quien los padres de ella
No quisieron como yerno,
Por ser hijo de una familia pobre.

En cambio Rafael era de otra clase social
Y sabían que con ese matrimonio arreglado,
Los problemas económicos se acabarían
A cambio de la felicidad o infelicidad de su hija.

Ricardo, en silencio, se arrodilló, se persignó… y se retiró,
Nunca más se supo nada de él,
Ana Gloria también nunca fue feliz
Y vivía recordando el pasado
Deseando, un día poder explicarle,
Más ese día nunca tuvo su oportunidad.

Ya que este día, hoy mismo, las campanas de la iglesia
Repican invitando para la misa,
Pero la gente sabía que este día nadie se casaba,
Tampoco era una fecha de guardar;
No obstante, doblaban las campanas…

Y alguien a lo lejos, mencionó en voz suave,
Es por el que se nos adelantó,
Y ¿quién se nos adelantó?
De quién se trata, preguntaron ansiosos
¡Es Ricardito, el hijo de la niña Patricia!
El que estaba enamorado de Ana Gloria,
Ese día le hacían los responsos a Ricardo,
Había fallecido, de tristeza y soledad,
Era su funeral… y solo su familia lo acompañaba...

Pero en silencio y a solas, varias lágrimas denotaban
La tristeza de Ana Gloría, por el amor de su vida…
Y que nunca pudo ser, por la ambición de sus padres. 

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