CON LA PIEL DE TERCIOPELO

Te he observado con asombro,

Pues aún no encuentro la razón;

Para estar desesperada

Por perder tu ingenuidad

                              

Esa luz en la mirada, esa forma de mirar

Y en tu boca, esa sonrisa dibujada;

Con la piel de terciopelo

Y en tu mente, inéditas fantasías, revolotean

Dime tú, por qué sigues empeñada

En tus arras, tu tesoro, sin pensar lo entregarás;

A ese tipo que a hurtadillas te pretende

A ese desconocido que te sigue por doquier

Ya no sigas pretendiendo

Entregarte a ese muchacho

Que quizá nunca te aprecie

Mejor guarda ya tus arras…

Aunque huelan a humedad…

VULNERABLE A TUS CAPRICHOS

Hoy me refugio en la nada,

Ocultándome de lo invisible;

Dispuesto a descifrar el dilema,

Obstinado, incansable, perseverante…

Ese punto en la vida, desconocido,

Ese estado de equilibrio tan preciado;

Por el que se desgasta toda la vida

Y casi nunca tienes respuesta

En el lugar donde divago y floto,

Ahí donde pasan mis pensamientos;

Se entrecruzan unos con otros,

Pero en el fondo siempre estás tú

Aunque me aísle como un ermitaño,

Todavía no encuentro esa zona,

Ese lugar de placer eufórico inmutable,

En donde se unen el alfa y la omega

Aun cuando la felicidad siempre se busca,

Parece que es ella quien te encuentra;

En el momento menos pensado,

En el lugar jamás imaginado…

Persiguiendo lo que no se puede ver

E imaginando lo que no es legal pensar;

Eso que siempre es prohibido, censurado,

De lo que la gente no habla, pero lo desea…

El amor perfecto, el punto de equilibrio;

En donde no existen los reproches,

Ahí donde todo es color azul cielo,

Donde me rindo a ti y me expongo

Vulnerable a tus caprichos,

Indefenso de tus tentaciones

Y frágil me desplomo a tu mirada,

Hasta que mi corazón encuentra el tuyo…

HASTA QUE ME SACIE DE AMOR

Te clavaste en mi corazón

Como una espina se clava en la piel;

Tan hondo, tan profundo, hasta el fondo,

Imposible de sacar, difícil de olvidar…

Ese dolor que lento pasa,

Esa presión en el pecho que me dilata;

Y que a pausas sin piedad me mata,

Al punto, que mi paciencia rebasa…

Con gusto daría algo bueno de mí,

Por tan solo un día más contigo

Y saberte mía, completamente mía,

Solo así, me iré satisfecho y feliz

Esta pena que por ti siento,

Es como buscar en el desierto

Un oasis sin encontrarlo;

Sin pistas, sin huellas, sin esperanzas…

Y al final, la dulce sensación del espejismo,

Que te anima, te impulsa, pero desaparece

Entre la bruma candente de la frágil arena,

Insolada por los rayos candentes del sol…

Voy en camino hacia tu presencia,

Paso por paso, lentamente, sin pausa,

Como entreteniendo la distancia contra el viento

Y todavía esperando el oasis en el camino…

Sin querer partir sin despedida,

Sin querer irme sin volver a verte;

Como suplicando tiempo extra,

Hasta que de ti… me sacie de amor.

LAS ALAS DE ACERO

Hasta las águilas

Que anidan tan alto;

A veces son alcanzadas

Y heridas de muerte…

Dejando en el nido sus crías,

En la soledad, a la intemperie;

Sin nadie quien las defienda,

Expuestas al asecho depredador

Más el instinto de supervivencia

Apresta las garras y anticipa el vuelo;

Defienden su estirpe con supremo honor,

Se rompen el pico con mucho valor

Estoicos rapaces que viven salvajes,

A penas les brotan las plumas en delta;

Motores que impulsan el vuelo planeando,

Surcando los cielos arrogantes hacia el sol…

Después de esta prueba,       

Mostrando su alto valor;

Las águilas anidan de nuevo en la cima,

Expandiendo su casta con mucho honor.

HIÉREME DE MUERTE EL CORAZÓN

Cada vez que estoy contigo

El tiempo pasa inadvertido;

Hipnotizado por el brillo de tus ojos,

Navego entre sueños y deseos…

Tus dulces e irresistibles caricias,

Se deslizan suaves y primorosas

Sobre mi ser inmutable e inerte,

A tu plena discreción y caprichos

Esclavo voluntario de tu seducción,

Inválido e impávido gladiador;

Rendido a tus encantos sin clamor,

Hiéreme de muerte el corazón

Porque de no ser tuyo,

No merece por otra palpitar

Más, que se rompan sus deseos,

Al despertar de este hermoso sueño

Juntos tomados de la mano

Abordemos esa barca navegante;

Que entre olas oscilantes y vaivenes

Viajará a través del sol radiante

Donde no exista rebelión

Para ser tu esclavo fiel;

Y tú serás la reina eterna

Que habitará mi corazón

PARA TENERTE SIEMPRE

Sentir que te amo,

Que tú eres todo para mí,

Pensar que siempre fui feliz

Y no imagino, una vida sin ti…

Desde aquel día, de nuestro encuentro,

Vivo un dulce y apasionado sueño,

Del que nunca quisiera despertar,

Para tenerte siempre, para estar a tu lado

Me veo en tus ojos, cristalinos,

Como espejos de jade contra el sol

Y confiado, me refugio en tus brazos,

Cuando un cálido beso recorre mi piel

Y una brisa fría, eriza mi cuerpo,

Dejando una sensación de bienestar,

Apaciguando mis temores en la oscuridad

Te beso las manos y me recuesto en ellas

Así es como te deseo, tan cerca y tan mía,

Tan suave y primorosa, sutil y encantadora,

Dulce como el néctar de una linda flor

Y tu sonrisa nacarada a flor de piel…