UN DÍA ESPECIAL Y UNA HISTORIA DE AMOR… (Relato)

Fue en una noche fresca de luna llena, un 14 de febrero, día dedicado a la celebración del amor y la amistad, todo el mundo corría de un lado para el otro, algunos buscando un lugar perfecto para celebrarlo y donde poder departir con su ser amado; otros aun buscando el regalo perfecto que le darían a su amada o amado; algunos ya celebrando con la familia; en fin una gran algarabía por esta celebración que representa las buenas relaciones que existen entre las personas y en la cual se demuestran mucho amor. 

Contrario a todo lo que sucedía en los alrededores de la ciudad, en otro lugar, específicamente al fondo de una de las salas de un reconocido restaurante, ahí, precisamente, muy escondido, apartado del mundo, sentado a la mesa se encontraba Rafael, él solo, sin compañía, sin amigos, sin familia, estaba completamente solo.

Él no quería estar con nadie, solamente con sus recuerdos, esa mesa precisamente era la misma en la cual siempre compartían en familia, todo tipo de celebraciones, cumpleaños, fiestas especiales, entre otras cosas, era un sitio muy especial, ya que Rafael con su familia eran clientes frecuentes, todo el personal los conocía y les tenían mucho aprecio.

No obstante, este día del amor y de la amistad, Rafael estaba reflexionando, debido a que hacía un poco menos de un año, él perdió a todo su grupo familiar, la causa, en un fatal accidente, en el que todos sus hijos y su esposa perdieron la vida.

Era muy triste recordar ese momento, pero Rafael sentía consuelo al estar en esa mesa de ese restaurante, pues tenía la idea que lo acompañaban sus familiares queridos y aunque se veía solo, entre sus tristezas, lograba disminuir sus penas; el año anterior celebraron en ese mismo lugar el día del amor y la amistad con toda la familia.

Uno de los meseros se acercó a él y con sumo cuidado le pregunta ¿puedo tomar la orden? Y solo se escuchó un lento suspiro y le respondió, sí gracias, puede prepararme lo mismo de siempre, con mucho gusto le afirma el mesero, retirándose rápidamente, para no interrumpir a Rafael.

En ese preciso momento, una lágrima que no pudo contener ni ocultar, se deslizó sobre su mejilla, la cual, antes de que terminara su viaje estrepitoso al vacío, logró atraparla con su pañuelo blanco.

Por unos segundos, sus pensamientos se elevaron hasta lo más alto del cielo y pudo observar a su familia, todos tomados de sus manos y al unísono le decían, te queremos mucho papá, estamos contigo, feliz día del amor y la amistad… El hombre no pudo más y se quebrantó totalmente… Lloró como lloran los hombres, con dignidad y con mucho amor, con evidente dolor desde lo más hondo de su corazón.

Feliz día del amor y de la amistad, en vida hermano, en vida, hazlo ahora que los tienes, después será muy tarde y te arrepentirás de no haberlo hecho en su debida oportunidad, cuando aún los tenías en vida. Bástale a cada día su propio afán. Cuando las cosas no vayan tan bien, toma cada cosa una por una y cuando vayan bien, disfruta cada momento como que fuera el último de tu vida.

Nunca se sabe en qué momento nos iremos de este mundo y mucho menos sabemos cuándo dejaremos de ver a los seres queridos, así que no pierdas ninguna oportunidad de decirle a tus seres queridos lo que sientes por ellos, aunque sientas que los aburres, es mejor eso, a que luego te sientas triste y lamentes no haberlo hecho.