IMPÁVIDO

Increíble pero cierto,

La lucha sin descanso;

Poniendo todo el empeño

Y me desplomo vertiginoso…

Deslizando mi mano

Desde la roca firme;

Y apoyando mis pies

Sobre la arcilla fangosa…

No hay manera de asirme,

No hay forma de apoyarme;

Para encontrar la respuesta

A mis constantes y raras trivias

Que se hunden en el torrente

Fluido de mis pensamientos;

Lacerando las neuronas multiformes

Que entre ellas se disputan los laureles

De esa acérrima lucha fratricida,

Que se desvanece a lo largo del insomnio;

Y se duerme de cansancio

Al no encontrar respuestas

Desde que el astro pinta la aurora,

Hasta que su doncella resplandece;

En el punto preciso de la meta,

Me doy cuenta que solo fue un sueño

Y despierto, asustado, adormitado,

Viéndome a mí mismo, en mi espejismo;

En un oasis casi deshidratado,

Sin palmeras, sin manantiales, desolado…

Solo con la luz sublime que me guía,

Aquella que sigo meditabundo;

Sin apartarme del camino,

Confiado, seguro, nostálgico…

Y al final de todos los tiempos,

Siempre es lo mismo, la misma luz,

El mismo sol y la luna de siempre;

Solo yo he cambiado, hoy no soy el mismo…

Soy solo un impávido, en transición,

Que sigo creyendo en un mundo mejor;

En una nueva vida, en un nuevo escenario,

Donde la luz es tan blanca, cálida y sublime...